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Misión
“Contribuir a la formación de los directivos de alta calidad que mantengan el liderazgo de la dirección y calidad educativa en sus planteles y estén plenamente insertos en el Bachillerato Universitario en los sistemas escolarizado, incorporado y a distancia, integrando así, funcionarios sujetos de su propio aprendizaje, con actitudes, valores, conocimientos, competencias y habilidades que les permitan desempeñarse con éxito en los ámbitos académico - administrativo, social y laboral en el contexto directivo de un plantel de Bachillerato”.
Visión
“Ser uno de los principales instrumentos institucionales de la UNAM para la formación de Directivos, del Bachillerato, homologando conocimientos y procesos que permitan una mayor eficiencia en la administración y dirección de un plantel de Bachillerato o una Facultad”.
Objetivo del Diplomado.
Desarrollar conocimientos, actitudes y habilidades en los participantes, en el contexto de su preparación como personal académico-administrativo en los planteles dedicados a la Educación Media Superior, EMS, de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, a partir de sus fines educativos, las características de la población estudiantil y docente este nivel de enseñanza y la gestión escolar.
¿Por qué realizar un diplomado que forme al personal directivo de los planteles de la Educación Media Superior, EMS, en la UNAM?
Es innegable, en la organización y ejecución del sistema de Educación Media Superior de nuestra Universidad, la necesidad de contar con personas capacitadas para responsabilidades directivas en los planteles de bachillerato de la Universidad.
En efecto, los directivos en los planteles, es decir aquellos cuyo trabajo los insta a tomar decisiones de diversa índole, deben conocer las principales características de la juventud, es decir, de los estudiantes, así como los valores que hay que resaltar durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, tanto entre los profesores como en los estudiantes. Deben también conocer las características y necesidades del sistema de Educación Media Superior a nivel nacional y sus repercusiones en la academia, en sus comunidades y en sus procesos, así como el marco legislativo, el presupuestal y la relación con los organismos gremiales y las autoridades centrales implícitas en la misma organización. Estos y otros temas no siempre son conocidos por el personal administrativo ni tampoco por el académico que se integra a las funciones administrativas.
La importancia que reviste la formación de personal directivo en los planteles del Bachillerato de la UNAM se ve reflejada en su inclusión en el Plan de Desarrollo Institucional 2015-2019 de la Universidad, y particularmente en el Programa Estratégico No. 5, Desarrollo y capacitación del personal administrativo, Línea de Acción No. 5.4. Profesionalización del personal directivo, Proyecto No. 5.4.2: Ampliar el alcance de la participación del personal directivo en el Diplomado para la Formación del Personal Académico-Administrativo del Bachillerato.
La responsabilidad académica de los contenidos ha sido tarea de las Divisiones de Educación Continua de la Facultad de Contaduría y Administración y de la Facultad de Psicología. La Secretaría Ejecutiva del Colegio de Directores de Bachillerato lleva a cabo la coordinación de todas las participaciones, así como la organización de las sesiones y el desarrollo general del Diplomado.
Las nueve generaciones del diplomado ya han sido motivo de una detallada evaluación, tanto en los contenidos de los temas, a través de un análisis curricular, como en la aplicación de lo aprendido en el quehacer cotidiano de los participantes y sus subalternos, así como en el mejoramiento de la calidad de trabajo. En general, se puede deducir una aplicación de los contenidos aprendidos y una mayor efectividad del trabajo directivo.
A continuación, describimos brevemente los retos de planeación, organización, administración y dirección que un candidato a desempeñar un cargo directivo en un plantel de bachillerato de nuestra Universidad y de los planteles incorporados, debe conocer y asumir, para tener un panorama completo de su labor, con conocimientos y habilidades que le faciliten realizar su labor.
El directivo debe tener conocimiento del problema humano en la EMS.
La población que se atiende en los planteles de bachillerato es de jóvenes y adolescentes de 15 a 19 años e inclusive, de menor edad. Por ello, es indispensable entender su mundo, particularmente desde su perspectiva, si deseamos construir seres humanos libres, educados y capaces de transformar su realidad.
Paradójicamente, ser joven en la actualidad es pertenecer, en términos generales, a una población en riesgo, dada su propia naturaleza humana y las circunstancias del entorno en el que vive. Nuestro deber es darle a la juventud herramientas para que acceda a sus derechos, a su supervivencia, a su protección y seguridad, así como a su desarrollo, su participación en la sociedad y su propio bienestar. Ser adolescente entonces, es una tarea bastante difícil: se tiene que aprender y desarrollar habilidades, actitudes y aptitudes diversas de todo tipo, asumir las responsabilidades y consecuencias de los actos, decidir el curso de su porvenir, hacerse de conocimientos y entender qué hacer con ellos. Sin todo este abanico de necesidades cubierto, su vida futura será probablemente la entelequia de un mundo feliz.
Entre los problemas más importantes para la población joven de la Universidad se encuentran la inseguridad, los riesgos para su salud, la discriminación de diversas procedencias, el desempleo y los bajos recursos financieros, al provenir de familias que perciben de entre dos y cuatro veces el salario mínimo mensual, situación real en cerca del 39% de los alumnos de nuevo ingreso en el bachillerato público.
Debemos ser capaces de educar y por ende, transmitir valores y principios que les permitan a los jóvenes orientar su comportamiento. También habremos de buscar nuevas formas de diálogo, aceptando las diversidades culturales y evitando todo tipo de discriminación y violencia.
El directivo debe conocer y comprender la importancia de la EMS.
El bachillerato en México tiene cerca de 150 años de experiencia. Es importante conocer su historia para comprender sus aspiraciones y necesidades, en sus dos vertientes: la Escuela Nacional Preparatoria y la Escuela Nacional Colegio de Ciencias y Humanidades, así como el comportamiento de los planteles incorporados a la UNAM. Estos aspectos dan el contexto y el sentido a su quehacer.
La EMS es una etapa de transición entre sistemas educativos y de aprendizaje, pero también es el largo puente entre el fin de la niñez, el inicio de la adolescencia y la expectativa de la juventud adulta. En gran medida, el ámbito educativo: alumnos, profesores, funcionarios, empleados, padres de familia, planes y programas, planteles, aulas, bibliotecas, laboratorios, entorno con un largo etcétera, configura la referencia para cada una de las etapas académicas por las que transita el estudiante. No obstante, en muchos casos, el bachillerato ha dejado de mirarse como la piedra fundamental en la construcción del individuo, del profesionista y del ciudadano.
El 9 de febrero de 2012 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto del Congreso de la Unión que reforma los artículos Tercero y Trigésimo Primero de la Constitución, para dar lugar a la obligatoriedad de la Educación Media Superior en México. La importancia de este nivel educativo está dada por su ubicación en la vida de las personas, donde su función trasciende al aprendizaje de conocimientos, agregándole la formación de la identidad y la personalidad de los jóvenes.
El directivo debe hacer uso de la planeación para la EMS.
La planeación es un método que permite, en cierto sentido, construir el futuro. Implica la idea de anticipación a los acontecimientos y situaciones futuras, así como el establecimiento formal de las actividades presentes. Es la determinación de lo que se va a hacer, incluyendo el establecimiento de políticas, objetivos, indicadores, programas, métodos, procedimientos, buenas prácticas, protocolos de actuación, grupos de trabajo y otros instrumentos más de organización y dirección. La planeación es una disciplina prescriptiva -y no solo descriptiva-, que identifica acciones a través de una secuencia sistemática de toma de decisiones, generando los efectos que se esperan de ellas para proyectar un futuro deseado y los medios efectivos para lograrlo.
La planeación se convierte así en un instrumento indispensable en los procesos que conlleva la administración de una institución educativa. En esta herramienta se involucran, de diferentes formas y niveles, entre otros, los aspectos administrativos, jurídicos, educativos, financieros, culturales, deportivos, recreativos, sociales y familiares, los cuales a su vez están inscritos en contextos similares más amplios, propios del entorno en el que convive el joven, así como de las políticas públicas educativas nacionales o institucionales. En esta complejidad de interacciones se construyen los procesos de planeación, así como sus programas, líneas de acción, objetivos, métodos, indicadores y sistemas de seguimiento, control y evaluación. La planeación estratégica en la Universidad reviste actualmente mayor importancia al buscar que ésta sea construida con base en resultados y en principios de transparencia, para lo cual es necesario conocer y documentar no solo el cumplimiento de metas y objetivos, sino el proceso cualitativo que cada parte implica.
El directivo debe conocer cómo se administra un plantel.
En la mayoría de los planteles de bachillerato, pocas son las personas que al llegar a ocupar un puesto directivo, tienen alguna experiencia sobre lo que es la organización y la administración. La ausencia de tal conocimiento conlleva a deficiencias, incumplimientos u omisiones parciales o totales en las actividades que se realizan en el plantel, repercutiendo en la calidad del proceso educativo de los alumnos.
La administración de un plantel educativo de bachillerato implica tanto los aspectos financieros, materiales y humanos como los académicos, recreativos, culturales, sociales y políticos. Consiste en observar las alternativas y posibilidades viables para solucionar situaciones difíciles, adoptar decisiones y cumplir con los planes de trabajo académicos establecidos. Es también la utilización adecuada, en sus formas, proporciones y momentos necesarios, de los diversos recursos propios y externos del plantel.
El directivo debe conocer el funcionamiento y organización de la EMS.
Conocer la Universidad es más que conocer su entorno físico. Es tener una clara idea de los servicios que se pueden dirigir hacia los estudiantes, la legislación procedente, las estructuras administrativas y de decisión, las características y especificaciones de las organizaciones gremiales y estudiantiles. Sin este aprendizaje no solo se pueden cometer errores y desviaciones, sino también desperdiciar o subutilizar los servicios que se pueden aprovechar.
El marco jurídico da contexto normativo al funcionamiento de la Institución. Con ello se puede comprender su estructura y sus límites, las capacidades, atribuciones y obligaciones, así como el grado y capacidad de aplicación y responsabilidad de cada involucrado. También se requiere entender la operación de los planteles y su relación con la Administración Central, como el control administrativo escolar, el apoyo a los maestros, los servicios a los alumnos y la oferta académica, cultural y de investigación.
El directivo debe conocer los ámbitos de su gestión en los planteles.
El primer ámbito es aquel que le da vida y organicidad a la Institución: los jóvenes en tanto que alumnos, docentes y personal administrativo, así como los padres de familia.
Un segundo entorno incluye los aspectos físico-estructurales, tales como el mantenimiento y conservación de los espacios físicos, equipo, mobiliario y todo tipo de recursos, incluyendo la seguridad física de los planteles.
El tercer y último ámbito se contextualiza en la toma de decisiones, a través de las diferentes estructuras humanas, organizacionales y colegiadas que intervienen en el proceso educativo en un plantel del bachillerato:
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Las autoridades de la UNAM y los subsistemas de bachillerato.
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El Consejo Universitario de la UNAM. Los Consejos Técnicos de los subsistemas; los Consejos Internos de los planteles.
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El Colegio de Directores de Facultades y Escuelas, CODIFE, y el Colegio de Directores de Bachillerato, CODIBA.
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Los Consejos Académicos de Área, donde se encuentra ubicado el Consejo Académico del Bachillerato, CAB.
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Las agrupaciones gremiales: AAPAUNAM y STUNAM.
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Los padres de familia y el entorno familiar.
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Las autoridades locales y federales.
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Los planteles de bachillerato incorporados a la UNAM.
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El Sistema Educativo Nacional, SEN.
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El entorno social en general: delegaciones políticas y municipios.
Lograr ubicar la integralidad de estas entidades en su campo de actividad y la interacción con todos y cada uno de ellos permitirá comprender la compleja red de relaciones que conforman la comunidad del bachillerato y la incidencia en sus actividades.